El Ensanche Ozama se prepara para inaugurar su nuevo corazón deportivo y social

En un despliegue de compromiso y visión de futuro, el Gobierno de la República Dominicana, a través del Ministerio de Deportes y Recreación (Miderec), está dando forma al sueño de muchos en el ensanche Ozama. Con una inversión que rebasa los 75 millones de pesos, la construcción del Polideportivo y Casa Club avanza a pasos agigantados, prometiendo convertirse en el núcleo de las dinámicas sociales y deportivas del sector.

El ministro del Miderec compartió el entusiasmo que embarga a la comunidad, destacando que la iniciativa surge como respuesta a una larga petición de los habitantes del ensanche Ozama. La promesa es crear un espacio donde se fomenten tanto el deporte como la unidad comunitaria, con instalaciones que incluirán desde canchas para torneos de baloncesto y voleibol hasta áreas dedicadas a deportes de combate y más, reconociendo así la rica tradición deportiva del área.

La obra, que no solo se limita a un espacio para el deporte sino que también contempla una casa club de tres niveles, busca ser un punto de encuentro para todas las familias, reforzando el tejido social del sector. La rapidez con la que avanza el proyecto ya se vislumbra en los plazos compartidos por el ministro, quien anticipa que para marzo el techado del polideportivo estaría completado, marcando el inicio de una nueva etapa para el ensanche Ozama.

El impulso y la dedicación de figuras destacadas de la comunidad deportiva, como Fausto Severino y el presidente del club, Daniel "Rico" Dayeh Roque, han sido fundamentales en este proceso. Su esfuerzo conjunto no solo ha garantizado el respaldo gubernamental, encabezado por Luis Abinader, sino que también ha fomentado la integración de toda la comunidad en el proyecto. Desde colegios y escuelas hasta juntas de vecinos y empresarios, todos se han sumado a la visión de transformar el ensanche en un modelo de convivencia y desarrollo deportivo.

Rico Dayeh Roque resalta la importancia de este espacio como un santuario para la juventud, un lugar donde los jóvenes no solo estarán seguros, sino también se les ofrecerá guía y formación. Además, la creación de un patronato asegura el mantenimiento y la sostenibilidad del complejo, prometiendo ser no solo un centro de actividades sino también un generador de empleo para los residentes.

Este proyecto se perfila como un antes y un después para el ensanche Ozama, demostrando que cuando la comunidad y el gobierno trabajan de la mano, los sueños se convierten en realidades concretas que benefician a todos.