Transformando cañadas en espacios de esperanza: El legado de un programa de saneamiento en Santo Domingo

De afluentes contaminados a parques y áreas recreativas: La iniciativa que está cambiando vidas en la capital dominicana

Actualidad05 de marzo de 2024Tu VozTu Voz
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En una notable cruzada por mejorar la calidad de vida de los habitantes del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd), liderada por el ingeniero Felipe Suberví (Fellito), ha marcado un antes y un después con su programa de saneamiento de cañadas contaminadas. Este esfuerzo no solo ha rescatado a miles de personas de las garras de la insalubridad, sino que también ha redefinido el concepto de vivir cerca de estos afluentes.

“Transformar una cañada en un espacio donde ahora se puede jugar y disfrutar es un cambio radical que estamos logrando. Esto no es solo un proyecto de saneamiento; es un proyecto de vida”, destacó Suberví. Al asumir el cargo, se encontró con el desafío de las numerosas cañadas a cielo abierto en el Gran Santo Domingo, fuentes de contaminación y peligro para las comunidades. Inspirado por las necesidades de estas familias, Suberví implementó un plan de acción decidido a cambiar esta realidad.

El enfoque del programa va más allá de la mera limpieza; incluye la integración de servicios básicos, embellecimiento de áreas, creación de espacios de ocio, y la construcción y mejora de viviendas. Lugares que una vez fueron símbolos de descuido, como la cañada Tiradentes y Altos de Sabana Perdida, hoy son ejemplos vivientes de cómo se puede convertir un espacio de riesgo en uno de recreación y vida comunitaria.

Aun con varios proyectos en marcha, como el saneamiento de la cañada de Guajimía y La Ochocienta, el impacto de estas transformaciones ya se siente profundamente en las comunidades. El proceso no solo mejora el paisaje urbano, sino que también aborda riesgos sanitarios y ambientales, ofreciendo a las familias una vida alejada de la incertidumbre que traen las lluvias y las inundaciones.

Este programa representa una respuesta largamente esperada a un problema crónico, llevando a cabo lo que por décadas parecía un sueño lejano: convertir zonas de desesperanza en lugares llenos de posibilidades. Es un testimonio de cómo la visión y la acción pueden transformar radicalmente la vida de las personas, convirtiendo antiguos problemas en oportunidades para el bienestar y el disfrute comunitario.

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