Rejuveneciendo el Campo: El Nuevo Amanecer del Emprendimiento Agropecuario en República Dominicana

En el corazón de la provincia Bahoruco, Máximo Díaz, un joven de Tamayo, irradia entusiasmo al hablar de su vida dedicada a la agricultura, influenciado por las enseñanzas de su padre. Con humildad y grandes aspiraciones, Máximo comenzó cultivando plátanos, guineos y cocos, aprovechando al máximo las modestas oportunidades que su entorno le ofrecía.

Su liderazgo natural lo llevó a ocupar cargos importantes como el presidente de la Junta de Vecinos de Santa María y vicepresidente de la asociación de estudiantes de su comunidad, donde es ampliamente valorado. La determinación de Máximo encontró un nuevo horizonte cuando descubrió el Plan de Promoción del Emprendimiento Agropecuario del Mañana, una iniciativa del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA). Convencido de su propósito, se unió al proyecto esperanzado en fomentar el desarrollo local y el de sus compañeros a través de capacitaciones y asesorías técnicas que promueven la creación de cooperativas juveniles.

Del mismo modo, Rafaela Rodríguez, oriunda de Sabana de la Mar, y con formación en Educación Inicial, redirigió su camino profesional hacia la agricultura tras conectarse con la visión del programa. Líder de una matriz de jóvenes, Rafaela ve en la agricultura no solo una fuente de subsistencia, sino también una oportunidad para revitalizar su comunidad. Bajo su liderazgo, su grupo ha empezado a ver resultados tangibles, reafirmando el compromiso del plan con acciones concretas, como la distribución de insumos agrícolas esenciales.

Inés Ramírez y Arisleida Silverio, también beneficiadas por este programa, han encontrado en el emprendimiento agropecuario un medio para superar barreras y proyectar un futuro prometedor. Arisleida, estudiante de Ingeniería Agronómica y líder comunitaria, destaca la importancia de la educación recibida a través del plan, que ha transformado su enfoque hacia una agricultura más sostenible y productiva.

La experiencia culminante para estos jóvenes llegó con un viaje a Costa Rica, organizado en colaboración con la Universidad Técnica Nacional y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura. Allí, aprendieron técnicas avanzadas de cultivo y sostenibilidad, destacando la importancia del abono orgánico sobre los químicos tradicionales, una lección que Máximo y sus compañeros están ansiosos por aplicar en sus comunidades.

Mirando hacia el futuro, el Plan RD Emprende no solo busca expandirse a más provincias, sino también fortalecer su impacto a través de un programa virtual de capacitación y un Congreso de Jóvenes Líderes, proyectados para 2024. Estas iniciativas aspiran a consolidar un modelo de desarrollo juvenil que promueva una agricultura innovadora y comprometida con el bienestar de las comunidades dominicanas.